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Isa Pérez Bambó

Psicóloga General Sanitaria Col. A-02921

  • Psicóloga por la Universidad del País Vasco, Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad a Distancia de Madrid, Experta en Intervención en Duelo por la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
  • Formada en Terapia Gestalt en el Instituto Albor de Psicoterapia Integrativa de Zaragoza. Facilitadora de Grupos por el Instituto de Facilitación y Cambio.
  • Formada en Prevención e Intervención en Violencia de Género por la EVI del Ministerio de Igualdad.
  • Actualmente cursando la formación de Especialista en Técnicas de Psicoterapia con la Asociación Española para el Desarrollo de la Psicoterapia.
  • Formación y Actualización continuas a través de la línea formativa del Colegio Oficial de Psicología de Aragón. (Formación básica en Psicología de Emergencias, Trauma, Esquizofrenia, Violencia Filio-Parental, Trastornos de la Personalidad, Terapia Narrativa, etc.)

Cómo entiendo la Salud Mental

Creo que todas las personas buscamos (conscientemente, a veces, e inconscientemente, todo el tiempo) estar en equilibrio. En ocasiones, se dan cambios en nuestras vidas que lo amenazan, y nos sentimos “en crisis”. Otras veces en nuestras biografías ocurrieron cosas que hacen muy difícil encontrarlo. En estos casos, cuando existe en nosotras un aspecto muy “descompensado”, podemos descubrirnos haciendo acrobacias para compensar por otro lado: algo que en un momento dado puede generarnos malestar e incluso aparecer como un “síntoma” del que queremos deshacernos.

Un ejemplo. Imaginemos que el desajuste se da en el plano relacional. En su día, siendo peque, no recibí toda la atención que necesitaba, mi madre y mi padre me querían, pero, muy pocas veces estaban disponibles para mí porque siempre había “otras prioridades” que atender (cargas laborales, sus mayores, etc.). He podido aprender a compensar esta carencia de diversos modos (éstas son tan solo tres de las muchas posibilidades que podrían darse):

  • con una demanda incesante de atención al exterior
  • haciéndome autosuficiente para no necesitar la atención que no me dan afuera
  • somatizando: cuando enfermo me hacen caso

Esto es tan solo un ejemplo de algunas de las maneras en que podemos (y solemos) intentar compensar un desequilibrio. Los tres casos serían, mantenidas en el tiempo, maneras DISFUNCIONALES: es decir, que, surgieron para “ajustarnos” a una situación, pero, a la larga, no sólo no nos ayudan sino que además, nos generan un nuevo problema, que es, a menudo, el motivo de consulta en psicoterapia.

En el primer caso, podría suceder que fuera “agotando” a las personas con las que me relaciono y esto me ocasionara dificultades en las relaciones interpersonales. En el segundo caso, podría ocurrir que, en las ocasiones en que necesito ayuda, fuese incapaz de pedirla, quedándome sola/o y en ocasiones poniéndome en riesgo. En el tercer caso, mi salud física entraría en juego deteriorándose.

Ninguna de estas “estrategias” es consciente, habitualmente se generó en respuesta a unas circunstancias concretas y más adelante se ha ido instaurando como algo más “automático”.  El camino que recorremos en terapia para recuperar o instaurar maneras más saludables de estar en el mundo consiste, entre otras cosas, en retomar las riendas y pasar del piloto automático al pilotaje consciente: eligiendo “ajustes” que SÍ nos funcionen para adaptarnos mejor a cada situación, sin efectos colaterales o nocivos.

Cómo entiendo la Psicoterapia

Para mí el objetivo último en terapia es que la persona que acude a ella “salga” más completa, más honesta consigo y más libre que como entró. Esto significa poder habitar lo que es, dejarse expresarlo y, por fin, hacerlo en paz. Veo la psicoterapia como un camino de autodescubrimiento, autoconocimiento y autocomprensión, en el que aprender a aceptarnos, querernos, ponernos en valor y ser nuestro/a más fiel aliado/a ante cualquier asunto que necesitemos afrontar. Creo que lo que más sufrimiento psíquico nos genera a los seres humanos es luchar contra lo que sentimos, lo que pensamos o lo que hacemos. Creo también que cuando superamos esta división interna y somos capaces de integrar todas nuestras partes y “hacer las paces adentro”, recuperamos también la entereza para afrontar los dolores sobre los que no tenemos control.

Cómo trabajo

Nos conocemos y tenemos una primera entrevista en la que voy a indagar cómo te encuentras en este momento en diversas esferas de tu vida (física, familiar, laboral, social, etc.), qué es lo que te mueve a venir a consulta y qué metas te gustaría alcanzar en terapia. Por otro lado, te explico más en detalle cómo trabajo y atiendo cualquier duda o inquietud que necesites plantearme. En esta sesión, muy dirigida - en contraste con el resto, recojo información a través de preguntas que te voy haciendo. Las dos siguientes sesiones llevamos la mirada a tu sistema familiar y a tu biografía, con intención de seguir ampliando la comprensión acerca de lo que te trae aquí y ahora a hacer terapia.

Tras estas primeras sesiones te hago una DEVOLUCIÓN, a modo de HIPÓTESIS que chequeo contigo, acerca de cómo estoy entendiéndote, qué creo que puede ayudarte y cómo me planteo hacerlo si quieres continuar este camino conmigo.

A partir de ahí y con los objetivos definidos inicialmente, nos centramos en lo que traes cada día, poniendo el foco en ENTENDER tu malestar y su dinámica, ATENDERLO, explorar tus RECURSOS y fortalecerlos, indagar también en LO QUE FALTA, COMPRENDER qué NECESITAS para poder incorporarlo y desde allí trabajar para AMPLIAR e INTEGRAR nuevas herramientas y maneras de acompañarte y relacionarte contigo, con lo que te ocurre y con el resto del mundo de una manera más saludable que la que te trae a consulta.

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